
“En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,
Tus consolaciones alegraban mi alma.” (Salmo 94:19)
Hace unos días fuimos al cine en familia a ver una película de animación llamada “Al Revés 2”. La película trata de una niña llamada Riley y como las emociones -alegría, ira, asco, tristeza y miedo- se enfrentan a la llegada de nuevas emociones al centro de control de la mente en la pubertad de una niña de instituto.
Nos quedamos alucinados como la película representa a la perfección esa maraña de emociones con la que a menudo los adultos nos tenemos que enfrentar cada día. Esos pensamientos e inquietudes se agolpan en nuestra mente y muy a menudo nos quitan el sueño. Con la llegada de la ansiedad, vergüenza y nuestras emociones de adulto nuestra mente se transforma en una casa caótica donde parece que ha pasado un huracán.
Es un hecho que vivimos en una sociedad rápida en la que estamos bombardeados de ideas, pensamientos, imágenes… y también que los problemas de salud mental y ansiedad ocupan un primer lugar en lo que toca al ser humano en nuestro primer mundo.
Reflexionaba cómo buscamos ese orden de pensamientos en diferentes lugares y muchas veces en nosotros mismos. Nos enfocamos en poner orden en nuestra propia mente en la meditación u otros métodos, evitando aquellos pensamientos que nos incomodan guardándolos “debajo de la alfombra”, nos enfocamos en los que nos hacen sentir bien, que nos dan felicidad… pero la realidad que aquellos que nos inquietan siempre buscan el modo de salir provocando en nosotros ansiedad y miedo.
¿Qué dice la Biblia de esto? La Palabra dice que Dios puede poner orden a todo este lío de sentimientos del ser humano.
“En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,
Tus consolaciones alegraban mi alma.” (Salmo 94:19)
Dios no arranca o tapa esos sentimientos o inquietudes que nos duelen, sino que las consuela y entiende. Trae paz a esa guerra de emociones de nuestro interior, trae esperanza y gozo en cada momento.
Como dice el Salmo 4:8: “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.”. Este Dios no solo ordena emociones, sino que trae paz al caos de nuestra vida.
Te animo a buscar consuelo y paz en Dios en la lectura de los Salmos donde podemos encontrar la solución a muchos de los problemas que enfrentamos hoy en día.
Miriam Ruiz García